martes, 23 de enero de 2018

"El vacío que nos impide vivir"










A veces las cosas ocurren a destiempo... Un objetivo, un sueño, un anhelo, nos esperan como la doblez en la esquina de un libro, para cuando sea el momento.

El ansia nos devora, la inquietud, el lento caminar del tiempo. "El tiempo se arrastra a su paso mezquino", decía Harvey Keitel en un film precioso, parafraseando al Paul Auster de la cotidianidad, al de los pequeños milagros, al Auster de la casualidad.

El tiempo nos arrastra tras de sí, nos doblega. Pretendemos imitar su paso, pero el tiempo se toma su tiempo. Le observamos inquietos. Se muda y se preserva. Se convierte en futuro al tiempo que nos obliga a pasar ciertas pruebas; la tranquilidad, la quietud, la paciencia.

El futuro, no obstante, según leí que dice Agustín García Calvo, “es el vacío que nos impide vivir”.

Algo de eso hay en este rincón cósmico. Algo de eso hay en las veredas de infelicidad, en los oasis de silencio, en los bosques de palmeras. Algo de eso hay lejos de aquí, a lomos de una ola, en el centro del castigo, en la mano en el pecho, en el absurdo del cinismo.

Crecer para adentro, o para afuera. No hay ninguna respuesta. 

Sólo la espera.




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