domingo, 25 de febrero de 2018

Un domingo cualquiera





En un domingo cualquiera, un hombre escribe, mientras espera el final:

Hablo, hablo y hablo, escribo cada día, nunca canto. Escucho las noticias, a veces pongo la radio, y pienso, pienso mucho, y me callo. Dudo, me salgo del cuadro, grito para adentro y para adentro salto, me embarco y mi barco zozobra, sobrevivo al naufragio, no le doy coba, habrá un mañana...

Hablo, hablo y hablo, y pienso, y me inquieto, y hago cuentas y dudo si llegar a fin de mes. Hoy he entrado en quiebra. Me da igual. Mañana será otro día, otra vez.

Finjo este miedo. Bueno, no es cierto, este miedo me esquiva. Hay quien ha sabido domarlo. Es como un vértigo insalvable. Salgo afuera, oigo un llanto. El miedo me rodea. Me acurruco y me dejo abrazar en este instante.

Da igual, en parte, todo da igual. El final ya está escrito, incluso antes de antes. No se escapa ni un ser vivo. Y el mar, mientras tanto, y el mar....  Se adentra en el bosque.
Espero mientras tanto.

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