sábado, 9 de septiembre de 2017

La banda sonora de un largo camino









Ésta es la continuación de la historia autobiográfica que publiqué hace unos días, sobre el exilio de mi familia. Toda la historia tiene una banda sonora, con algunas de las canciones que más escuché en la infancia, de la Nueva Canción Chilena. Son canciones que, a mi juicio, ayudan a entender cuál fue el ambiente y la sensibilidad que constituyó el caldo del cultivo del triunfo de la Unidad Popular. Y también para entender el porqué fue tan doloroso el ver truncado ese sueño de mejora de las clases más desfavorecidas, en una sociedad con fuertes diferencias sociales. Añado una pequeña explicación de cada tema, con algunos datos que ya tenía y otros que he tenido que buscar. La playlist acaba con tres maravillosas representantes de una novísima canción chilena, aunque, advierto: la he hecho colaborativa y es probable que vaya creciendo con las aportaciones de otros chilenos y chilenas a los que quiero invitar a participar.




1. Arriba en la cordillera, de Patricio Manns. Escrita en 1965 e incluida en el álbum “Entre mar y cordillera”. Está inspirada en el contacto real que el cantautor tuvo con arrieros cordilleranos, pasando junto a ellos por el paso de Atacalto, en los 50.

2. La carta, de Violeta Parra. Una de las recopiladoras y divulgadoras de la música popular más fundamentales de todos los tiempos escribió "La carta" tras ser avisada de que su hermano Roberto (dramaturgo, escritor, músico, folclorista y cantautor) había sido apresado. Era una época de injusticia y de abuso de las clases deprimidas, de la que se hace perfectamente eco la mítica folclorista y cantautora fallecida en 1967.

3. Volver a los diecisiete, de Violeta Parra. Pese a haber sido la autora de dos de los cantos a la vida más conmovedores de todos los tiempos, esta canción y "Gracias a la vida", Violeta Parra decidió quitarse la vida pegándose un tiro en la sien. Mi madre me contó que era muy enamoradiza, y que se suicidió tras un fracaso amoroso. Solo ella sabe, en realidad, cuál fue el motivo.

4. Te recuerdo Amanda, de Víctor Jara. Una voz, una historia y una guitarra; no hace falta nada más para trasladarnos a un relato desgarrador. Una canción que se explica por sí sola de uno de los cantores más maravillosos de todos los tiempos. De forma obsesiva e ignominiosa los militares le persiguieron y acabaron con su vida, tras infringirle horribles torturas. Desde entonces es un símbolo.

5. El derecho de vivir en paz, de Víctor Jara. Canción protesta, de 1971, en contra de la feroz intervención estadounidense en Vietman.

6. Vientos del pueblo, de Víctor Jara e Inti-Illimani. Una canción triste, premonitoria, en plena crisis política y que anticipaba el alzamiento armado. La canción incluye unos versos de Miguel Hernández, de un poema homónimo.

7. Venceremos, de Quilapayún. Himno de la campaña presidencial de Salvador Allende, en 1970. 

8. El pueblo unido jamás será vencido, de Quilapayún. Interpretada por primera vez en directo en 1973, tres meses antes del golpe, se convertiría en uno de los himnos de la resistencia y, su estribillo central, en uno de los lemas más universales de todos los tiempos.

9. Canción final de la Cantata de Santa María de Iquique, de Quilapayún. Obra cumbre de la nueva canción chilena, de Luis Advis. La cantata incluye dieciocho partes entre relatos, canciones e interludios, y está basada en la matanza de la Escuela Santa María de Iquique, acontecida el 21 de diciembre de 1907, donde 3.600 obreros de las oficinas salitreras fueron asesinados por el Ejército de Chile durante una protesta. He escogido la canción de despedida, pero recomiendo escucharla entera a quienes no lo hayan hecho aún.

10. Tatati, de Inti Illimani. Los rescatadores del folclor popular no sólo se sumaron a la oleada de la protesta política y social, sino que también fueron capaces de generar éxitos que se convirtieron en mainstream, como esta extraordinaria pieza instrumental de 1972.

11. Titicaca, de Quilapayún. Los dos grandes grupos de la Nueva Canción Chilena parecían diferenciarse, según opinaban algunos de sus seguidores, por el virtuosismo de Quilapayún con las voces y de Inti Illimani con los instrumentos. Este tema popular demuestra que la distinción no era del todo justa, y que los Quilapayún también se desenvolvían estupendamente bien en las piezas instrumentales.

12. El mercado de Testaccio, de Inti Illimani. Ésta es una de las composiciones que explican el por qué, si tuviera que elegir entre ellos o Quilapayún, me quedo con Inti Illimani. Este tema de 1981 es una creación en el exilio italiano de la banda, es la melancolía pero es también la integración, la fusión y el amor por la tierra de acogida. Me emocionó llegar un día en Roma al Mercado de Testaccio, el barrio en el estaba alojada. Me causó una gran impresión.

13. Vuelvo, de Inti Illimani. Otra de esas canciones que se explican por sí solas, sobre el retorno, el olvido, el perdón, la derrota... Una canción sobre el fin del exilio, escrita por Patricio Manns y Horacio Salinas. El destierro no logró agotar su grandísimo talento.

14, Todo cambia, de Mercedes Sosa. Probablemente sea ésta la pieza que más identifica a los hijos del exilio. Escrita por Julio Numhauser, quien fuera fundador de Quilapayún y que posteriormente estuvo exiliado en Suecia. Por lo visto la letra es una versión libre de la pieza "Muda la vana esperanza", de autor anónimo, según explica el blog  Si Yo Cambio Todo Cambia. El tema fue recopilado por Juan Alfonso Carrizo (1895-1957), uno de los más grandes investigadores argentinos de la tradición oral, en su “Cancionero popular de Salta” publicado en 1933. Además de la letra y la música, hay que subrayar la interpretación magistral de Mercedes Sosa, una artista enorme (para mi, su "Alfonsina y el mar" es la mejor de todos los tiempos).

15 y 16. Lonquen y Canto Libre, de Francesca Ancarola. Nacida en 1968, Ancarola es una digna heredera de los padres de la Nueva Canción Chilena. Estas dos piezas de su  disco de tributo a Víctor Jara las he colocado juntas ya que no entiendo la una sin la otra, tienen una hermosa continuidad.

17. Yo enterré mis muertos en tierra, de Camila Moreno. De entre todos los artistas citados, esta intérprete es la que más se acerca a la música que escucho en la actualidad. La conocí con la fantástica "Te quise", pero ésta que he incluido me ha parecido más apropiada para la playlist. Camila Moreno es muy joven, nació en 1985, pero es una cantautora extraordinaria.

18. Identidad,de Vasti Michel. Otra cantora llamada a actualizar la nueva canción, que debutó a los 30 años. Que las novísimas incluidas en esta lista sean mujeres no es casualidad; ya que la mamá fue Violeta Parra, es justo reivindicar a sus hijas.



Y eso es todo, aunque debo advertir, que esta lista es colaborativa. Están invitados a participar los integrantes del grupo Hijos e Hijas del Exilio, si les apetece dar a conocer sus canciones de infancia, o a los nuevos artistas que han conocido con posterioridad.

Como guinda, añado una versión de "La carta" muy especial, del grupo Holden. Se trata de un grupo de París, ya disuelto (o al menos dormido) bastante conocido en Chile, que tiene "casualmente" como cantante a una de mis mejores amigas de toda la vida, Armelle. Es una versión que, personalmente, me encanta; espero que a los que la oigan también les guste.



2 comentarios:

  1. excelente documento, emocionante, culturalmente muy rico, muy detallado, muestra que conoces muy bien los temas, buen analisis.

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