Sálvese quien pueda.
Retumba entre los gemidos de una manada obscena.
Aplausos para el coloso,
se hunde tan pancho en su propio barro
y descifra el camino sin capitán que valga,
se hunde en la absurdidad.
Repliega el talento y se funde entre unos labios carnosos,
carcomidos entre atajos de suspiros, y es tan falso, y te confunde,
por más que pareciera real más y más se vuelve esquivo.
Apuntas en la libreta "quiero escapar" y él saca sus colmillos.
Ganó el vampiro.
Game out.
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